miércoles, 9 de mayo de 2007

Año más, año menos (o cómo salvar una diferencia de edad de 44 años exactos)

Os voy a explicar, brevemente, la historia de un hombre que nació en Extremadura durante la posguerra. ¿El lugar exacto? Benquerencia, un pequeñísimo pueblo de la provincia de Cáceres. ¿La fecha exacta? El 9 de mayo de 1944. ¿El nombre de la persona? Papá.

Hijo de Joaquín y Alfonsa, Antonio Carrasco Pacheco, que así se llama el protagonista de este relato, fue el pequeño de 4 hermanos, contando con dos hermanos y una hermana mayores que él. Creció entre el ganado y las ferias de los pueblos, mientras todos los miembros de la familia (incluido él) se esforzaban por salir adelante en aquella época que no fue, precisamente, una de las mejores en nuestro país. Entre otras cosas, trabajó, cuando era muy joven, de aprendiz de carpintero en un pueblo vecino al suyo, recorriendo cada día, en bici, el camino que separaba las dos poblaciones. Así, no fue a la escuela, pero como un chico inteligente que era aprendía todo lo que podía allí donde podía.

Hizo la mili en Madrid y se fue a vivir, como sus hermanos, a Cataluña, concretamente, a Mataró. Allí construyó su vida trabajando de carpintero. Allí conoció a la que sería la mujer de su vida: María José, con la que se casó cuando él tenía 26 años y ella 18, un 14 de febrero de 1971.

Tres años después, en 1974, nació su primera hija, Carmen. A esta le seguirían dos niñas más: Ana, nacida en 1977, y Noemí, nacida en 1980. Así, se constituyó una familia numerosa en la que era el único hombre.

Pero ocho años después, en 1988, recibió como regalo de cumpleaños a su único hijo. Era 9 de mayo y, exactamente 44 años después de su nacimiento, recibía en sus brazos a su hijo Rubén (es decir, yo).

Han pasado 19 años y nunca me había sentido tan orgulloso y feliz por mi padre como ahora. Hoy vuelve a vivir en la tierra que le vio nacer (Extremadura) y, quién me lo iba a decir mí, aquí estoy yo, viviendo en la tierra que hace 63 años vio nacer a un hombre extraordinario.

No creo que nunca llegues a leer esto. Aun así, feliz cumpleaños papá.

Y gracias...

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