miércoles, 21 de noviembre de 2007

Niebla

Esta mañana la ciudad se despertó cubierta de niebla y dormitó arropada en ella durante horas.

Hoy la niebla invadió mi otoño y nubló de bruma mi corazón, mis ojos, mi razón…

Mis actos errados se deben a esta niebla que, pese a ser hoy el primer día que se presenta ante mí, habita mi alma desde hace tanto tiempo.

1 comentario:

Laura PD dijo...

Yo vivo en una confusión perpetua... Pero desde hoy echaré la culpa a la niebla.
Me gustaría poder darte ánimos, pero no voy a engañarte diciendo que se irá, aunque tal vez venga un vendaval que se la lleve, o una brisa nueva...